A lo largo de este proceso, el escribano se hace eco de situaciones cotidianas: horas (nona, tercia…), fiestas (carnaval, pascua…), santoral (San Nicolás), tejidos y joyas (lucidas por el D. Martín y su esposa en determinadas sesiones) o más puntuales como la salud de algunos de los colaboradores reales (el vicecanciller, a causa de un “accident”, es atendido por Pedro Castellà, mientras está en Castellón) o, incluso, del tiempo en la medida que influye en la salud del soberano (viaje a Navarra) o la seguridad (viaje de Blanca de Navarra a Sicilia). Realidades, todas ellas, vinculadas con el momento en el que se desarrollan.
Este registro nos ayuda a confirmar que la institución no dispone de sello ya que los brazos utilizan el del obispo, el del duque de Gandía y el pequeño de la capital, para enviar una carta, al tiempo que nos permite completar el elenco de Cortes celebradas y los privilegios otorgados. Se mencionan en ellas, las reunidas en 1329, 1342, 1348 y 1358 y se hace eco de algunos privilegios (1261, 1271, 1264, 1319, 1336, 1364…) que en ocasiones se copian para argumentar algunas protestas.
También nos aproxima a lo que algunos autores han designado como la arquitectura del poder. Se da cuenta tanto de las sedes en las que se congregan como de algunos detalles de las mismas: nombre y situación de la capilla en la que se reúnen “ajustada la cita Cort en la capela de Sent Salvador, constrüida en lo claustra de la dita seu de Sogorb” o dónde y cómo se colocan los brazos y el sitial real. Se alude a los lugares en que se aloja el monarca “en lo reyal, apel•lat de l’arquebisbe” e incluso se dan detalles de algunos de ellos: habitación de los ángeles, habitación verde…
Refleja, así mismo, la antroponimia y toponimia tanto de los hombres y lugares convocados como citados. Se hace eco, incluso, de determinados caminos o lugares, D. Martín entra en Castellón por la puerta de Pomar.
Determinados temas, como la conflictividad social, amén de darnos a conocer algunos de sus protagonistas y las medidas tomadas ya expuestas, dan cuenta de las armas utilizadas en esa época: “lançes, glavis, barretes, ballestes, archs de flexa, scuts, adargues, capelines, peces cuyraces, camb[r]eres, braçals, dagues, broquers, barrues” y, lo que es más importante, nos proporcionan la primera noticia sobre una institución vinculada con aquella y que se consolidará durante la época moderna: el virreinato.
Estas actas nos pueden ayudar a confirmar o ampliar los datos que nos proporcionan las fuentes procedentes de los archivos reales, señoriales o municipales e, incluso, completar los titulares y funciones de otras instituciones, tanto del entorno del monarca (Cancillería, Consejo real, Virrey) como municipales (Consejo). La inserción íntegra de la sesión celebrada el 5 de octubre de 1401 nos aproxima tanto a la convocatoria “a so de nafill e per veu de Ramon Artús, crida pública de la ciutat… e ab albarans encara trameses en lo pus precedent vespre”, como a su funcionamiento, componentes, temática y decisiones. Las cartas copiadas dan cuenta de las relaciones entre el monarca y los correspondientes municipios o la comunicación entre ellos y no faltan en este caso disposiciones reales sobre el gobierno municipal, como respuesta a la incertidumbre que crean los enfrentamientos urbanos y que no siempre se regulan. El rechazo de esas medidas apunta, en mi opinión, a la fortaleza de las Cortes frente a los intentos intervencionistas de la monarquía.
La continuidad de estos registros (de 1348 a 1645) permite, a través del análisis de ciertas expresiones o fórmulas “En nom de nostre senyor Déu Jhesucrist e de la sua gloriosa mare” (23-10-1401) y contenidos (discurso, fueros) seguir la evolución de la mentalidad y el pensamiento político. Los discursos de apertura, en la medida en que el rey plantea sus preocupaciones y peticiones, nos aproximan a su política interior (minorías), exterior (cambio de estrategias y alianzas) y al papel que la guerra juega en la renovación del sistema fiscal y al nacimiento y consolidación del Estado.
La legislación nos acerca, por su parte, a la evolución de la sociedad, de las instituciones, al tratamiento de las minorías (moros, judíos), a los impuestos y a otros muchos temas, como evidencia la bibliografía relacionada con los fueros (médicos, agricultura, mujeres...).
La relación de participantes durante tan largo período de tiempo nos permite completar la prosopografía de sus componentes, especialmente del estamento militar. Los nombres registrados en las distintas sesiones hacen posible seguir la evolución de las élites de poder al socaire de los acontecimientos políticos (guerra de la Unión, guerra con Castilla…) y cambios de dinastía (compromiso de Caspe). El análisis de los participantes en 1382, 1401 y 1418, evidencian lo expuesto. Mientras los asistentes en las primeras por la nobleza sólo sufren los típicos cambios por defunción y ascenso de otro miembro del linaje, las de 1418 hacen patente una clara renovación de éstos al amparo de la dinastía de los Trastámaras recientemente introducida (1412). La aproximación a los síndicos municipales, como he apuntado en otros trabajos, refuerza nuestro conocimiento sobre las oligarquías urbanas.
Temas todos ellos que permitirán completar e incluso ampliar el resto de actas. El proyecto para su edición electrónica, que junto a O. Perea, Mª J. Badenas, J. A. Alabau y R. Madrid, presenté a la 59 conferencia de la International Commission for the History of Representative and Parliamentary Institutions (ICHRPI), recientemente celebrada en Cerdeña (julio de 2008) y acogido favorablemente por las Cortes Valencianas, aunque todavía requerirá algunos años de trabajo, permitirá, finalmente, cumplir un proyecto que se remonta a más de dos siglos y que nos proporcionará abundantes datos para un conocimiento más integral de esta institución y de la sociedad valenciana y europea.